Aunque por lo general es el tres cuartos el que termina la jugada, en la gran mayoría de los casos es el forward el que pone el lomo para abrirle el camino al ingoal. En esa tarea, Lisandro Ahualli fue tal vez el más regular de todos en los cinco partidos que llevaron a Tucumán a conquistar su 11° título argentino, hace un par de semanas.
“Fue un año largo y con mucho esfuerzo. Terminé muy agotado, física y mentalmente. Lo positivo es que tuve regularidad, jugué casi todos los partidos. Eso para mí es importante, porque hubo un tiempo en que las lesiones me perseguían”, destacó el tercera línea, que practicó otras disciplinas. “Pero ninguna con la intensidad de ésta. Siempre digo que fue una suerte, porque no me gustaba el rugby. De chico disfrutaba de andar en bicicleta, hasta que un amigo me trajo a Universitario. En ese primer entrenamiento me divertí tanto que nunca más dejé de venir”, cuenta “Liso”.
Pese a ser una de las figuras del Tucumán campeón 2014, a Lisandro le quedaron en la columna del debe ser campeón el club y afianzarse en los seleccionados. “Hace un buen tiempo que estoy en el sistema, y quiero seguir estando. Pero el objetivo principal (ser Puma) no se me dio hasta el momento y ya lo veo un poco complicado. Eso puede ser desmotivante, pero seguiré trabajando duro para tener nuevas oportunidades”, confía Lisandro, que tiene fe en 2015. “En el club estamos en un período de recambio y eso resintió un poco al equipo. Hay que tener paciencia y meterle fichas a los entrenamientos para volver a ser protagonistas en una final”, cerró Ahualli.